
Si bien es cierto que las
piletas de lona tienen una duración menor que las
piletas de obra o las
piletas prefabricadas, no lo es menos que nuestra acción como usuarios puede aumentar el tiempo en que nuestras piscinas de obra sean útiles y estén en perfectas condiciones. Se trata de aplicar el sentido común en los cuidados que proporcionamos a las
piletas de lona.
En primer lugar, la clave para cuidar las piletas de lona es que preparemos bien el lugar donde vamos a ubicarla. Cuidado con los suelos de hormigón o cualquier superficie rugosa que podría rasgar el suelo de las piletas de lona. Tampoco es conveniente poner las piletas de lona sobre un suelo de arena, pues esta podría moverse y desnivelar la pileta, dañando su estructura.
La inclinación es otro de los factores que debemos cuidar, evitando poner una pileta de lona en un suelo inclinado. En resumen, pongamos las piletas sobre superficies lisas y llanas, limpias de objetos cortantes y sobre una lona protectora.
El otro aspecto al que tenemos que prestar atención cuando hablamos de proporcionar cuidados a las
piletas de lona es el que tiene que ver con el
mantenimiento del agua. El llenado no debe superar los 10 centímetros de distancia con el borde de la piscina. Si aplicamos los productos químicos adecuados, no será necesario vaciarla en toda la temporada de baño. Los más recomendados son el cloro líquido y los alguicidas, que diluiremos preferiblemente en un balde, para evitar que pueda dañarse el material de las piletas de lona.