Nadie defiende ya el vaciado de las piletas como la práctica más recomendable para su mantenimiento una vez finalizada la época de baño. Los argumentos en su contra son tanto profesionales como de sentido común.
Los fabricantes han comprobado que el vaciado empeora las condiciones de las piletas, mientras que todos somos conscientes, o deberíamos serlo, del despilfarro de un recurso natural escaso que supone tener que llenar las piletas cada año.
Por lo tanto, hoy lo que debe interesarnos es conocer cuáles son las mejores medidas que podemos adoptar para conseguir un perfecto mantenimiento y limpieza de las piletas sin necesidad de su vaciado. Eso pasa por atacar eficazmente a los grandes enemigos que son responsables del deterioro del estado del agua de las piletas.
Una cloración de choque es la mejor medida para dar inicio a una nueva temporada de baño. Con esta práctica se consigue reparar cualquier posible fallo en la limpieza de la pileta que hayamos tenido durante el invierno.
Hay que recordar que aunque no se usen, las piletas deben someterse a un mantenimiento similar durante todo el año, aplicando los productos químicos pertinentes y depurando con los sistemas de filtrado habituales, aunque se pueden reducir las horas de funcionamiento respecto a las necesarias en el verano.
Otros dos grandes aliados para la limpieza de piletas sin tener que recurrir al vaciado son los productos reguladores del nivel de pH y los alguicidas. Con su aplicación evitaremos las aguas turbias y la suciedad en nuestras piletas.
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